Se me acumulan as palabras…
Se me acumulan
Las palabras en la mente
Unas las genero yo,
Y otras se generan ellas solas,
De manera independiente.
Y ahí están abarrotadas
En el umbral de mi consciente
Clamando ser vistas o
Ser escuchadas inmediatamente.
Tienen prisa por salir,
Por mezclarse con el aire.
Quieren subir y subir
Para que la corriente
A los cuatro vientos las lance.
Curiosas por saber
Cuál es su alcance.
Y cuando escribo, cada palabra
En la página blanca un surco labra.
Y en esos surcos de palabras bellas
Y de palabras feas
Se siembran las emociones,
Se siembran las ideas.
Se me acumulan las palabras en la mente.
Y de vez en cuando
Se derraman por mi frente.
Algunas se asoman tímidas
Delicadas y sutiles
Como los pétalos de las rosas
En los floridos abriles.
Otras emergen impacientes
Sólidas, contundentes
Se hacen oír impresionantes,
Formadas por vocales y
Fuertes consonantes
Unas salen prudentes, sigilosas
Sin querer molestar,
Sin meterse entre las cosas.
Otras salen haciendo ruido
¡Estrepitosas!
No tienen consideración,
Ni tienen tacto.
Solo les interesa hacer impacto.
Hay palabras de amor
Y palabras de guerra.
Palabras que se hincan
En el corazón y en la tierra
Hay palabras que acarician
Y palabras que hieren,
Unas que generalizan,
Y otras que indican claramente
A lo que se refieren.
Hay palabras llenas de emoción
Y otras de científica frialdad.
Algunas son ariscas,
Y otras llenas de amistad.
Hay palabras frías y calientes
Que a veces dicen
Sinceramente lo que sienten.
Pero son esas mismas palabras
Las que a veces mienten.
Palabras para el buen uso
Unas veces… y otras…
Dedicadas al abuso.
Pero la verdad es que las palabras
No son malas, ni son buenas
Ellas son neutras, inocentes
Eres tú quien las ordenas.
Curan o hieren por tu mano.
Como el afilado bisturí de un cirujano.
Con ellas tú preguntas
O das respuesta.
Son como instrumentos musicales,
Pero eres tú, el director de orquesta.